Mandrix. -- Oigan, que hoy invisten a Rajoy. Si le encuentran, vaya. Porque desde el fiestón en la calle Génova cuando ganó las elecciones, anda más desaparecido que Cristiano Ronaldo en un partido importante. De tanto bajar la cabeza parece el becario de Notre-Dame. Pero eso se acabó, porque hoy tiene hora en el Congreso, sí o sí. Y si no aparece, le encontraremos. Y se le pondrá en la Moncloa aunque sea a rastras.
Y no sería para menos. Porque aquí, mucha carrera electoral y mucha victoria aplastante, pero el premio es un marrón de cuidado. La prensa seria se ha puesto en plan tío Ben, recordándole a Mariano que un gran poder conlleva una responsabilidad que te cagas. Y Rajoy va a añorar los días felices en la oposición, cuando su único trabajo (que no se le daba mal, por cierto) consistía en decir «va esté por muy mal camino» a cada turno de palabra y exigir cambios así, en abstracto. Ahora se acabó la abstracción. Ha llegado el momento de las soluciones concretas, Mariano. Tú vas a arreglar la crisis. No, no, no; no nos vengas ahora con mierdas del problema global, Europa y toda la hostia: si un presidente de gobierno nos metió en esto, otro presidente de gobierno nos va a sacar. Un clavo saca otro clavo. ¡A por ellos, Mariano! ¿Mariano? Mariano, que el Congreso está hacia allí. ¿Pero adónde vas? ¡Vuelve aquí, cobarde! ¡Que sólo serán cuatro años!
En fin, parece mentira: un país lleno de taxistas deseando ocupar ese sillón, y el tipo al que le corresponde, haciéndose el sueco. COMENTARIO: ¿No han estado durante un montón de tiempo que ellos sabían cómo sacarnos de la crisis? ¡Pues hala, a demostrarlo!. Y a poder ser señor Rajoy, sin que los pobres pringados tengamos que dejar de comer porque no nos llega.LA RECORTA.
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