20130616
LA CUESTIÓN ES
¿La cuestión es tendrían que ser las
comunidades en las cuales, están pasando habré esos niños?¿la cuestión es que
estamos peor que en tiempos, anteriores a la democracia?¿La cuestión es que los
políticos hacen oídos sordos?¿La cuestión es?¿pasarían habré los hijos de los políticos?
en fin no sigo porque meda vergüenza ajena, cuando estas criaturas están pasado hambre hambre y mas hambre es inhumano es injusto, es una aberracion es un sin
sentido que en el siglo 21 estemos peor que en los siglos anteriores…LA RECORTA.
El sueño del cola-cao
16.06.2013 | 11:13
Manuel López Estornell
Que un niño sueñe con la comida, cuando
duerme, es posible y admisible. Que un niño sueñe con el desayuno inexistente,
encontrándose despierto, es una crueldad infame. Y eso es lo que está
ocurriendo en algunas escuelas: así lo narran padres y educadores.
Si España es relativamente rica y parte de
sus niños y gente adulta no tienen siquiera para comer tres veces al día, la
solución no reside sólo en la bienintencionada y admirable labor de quienes
aportan donativos o su propio trabajo a los bancos de alimentos y a los
comedores benéficos. La solución exige la rebeldía cívica necesaria para
reafirmar la superioridad de la dignidad
Humana
, la incontrovertible verdad de que los
medios materiales se encuentran al servicio de las personas, que el bienestar
de éstas es razón de justicia y no de mera compasión, y que todo servicio que
facilite la convivencia –y el prerrequisito absoluto de ésta es la
supervivencia- constituye el mejor título para reconocer al buen ciudadano.
Quienes, apenas salpicados por los efectos
de la crisis, se aíslan en su particular burbuja para alejarse del dolor ajeno
y regodearse en sus placeres personales, no merecen en este momento el título
de valencianos respetables.
Quienes, en las presentes circunstancias,
rehúyen una vez más sus obligaciones con la Hacienda Pública para aumentar su
riqueza, jactándose incluso de su habilidad para ello, no son meros
defraudadores: son rastreros delincuentes que, más allá del actual derecho
penal, merecerían que se les expulsase de cualquier acceso futuro a los
servicios y a las responsabilidades públicas.
Quienes, con total frialdad y frivolidad,
desde una abundancia casi obscena, animan a rebanar el Estado del Bienestar sin
tener nunca suficiente con las restricciones impuestas, merecerían conocer,
aunque sólo fuese un tiempo, lo que significa no tener dinero para un techo,
para un desayuno, para un modesto lápiz. Merecerían probar un sorbo de ese
dolor que, en lugar de transformarse en energía ante quienes instan los
desahucios, conduce al suicidio de quienes los padecen.
La frontera de la aceptación de las
decisiones dolorosas tiene un límite. Con admirable entereza y sentido cívico,
la sociedad ha aceptado sacrificios que han empeorado la vida de millones de
personas; pero cuando el pan y el techo están amenazados y las víctimas de esta
violencia moral son niños, ya no cabe la resignación ni el consuelo de la
solidaridad, sino la resistencia pacífica, activa y firme. Para que ellos
recuperen el auténtico sueño de los niños y nosotros mantengamos la dignidad
ante nuestros propios hijos.
COMENTARIO: En mi opinión, esos individuos que
se jactan del fraude a la hacienda pública, les metía en el talego para toda la
vida, pero sin privilegios. Re pecto a la situación de los niños es harina de
otro costal, por lo tanto yo me hago las siguientes preguntas. ¿Por qué tiene
el pueblo que aportar comida a los bancos de alimentos, eso está muy bienes
gracias a la generosidad, de los ciudadanos que están haciendo un esfuerzo tremendo,
para aportar lo que pueden, la cuestión no es esa.
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